Palma Soriano.- Hace varios años en la enseñanza media superior en nuestro país, tienen lugar las convocatorias de las llamadas pruebas de ingreso a la Educación Superior en pos de estimular en los alumnos de 12 grado el esfuerzo que ello implica y la calidad que se amerita ahí.
Entonces de ese proceso muchos alumnos del duodécimo grado de nuestro territorio se han enfrentado al mismo en etapas diferentes. Proceso que ha tenido carácter voluntario y sopesando los desafíos que implica vencerlo. Junto a sus profesores aquí los alumnos palmeros del 12 grado han logrado pasar el reto en compañía también de su familia, tutores o amigos, no exentos de esfuerzos y otros estados de ánimo psicológicos que la etapa provoca. De unos años acá la difícil situación socioeconómica del país más recrudecida es real, y trascienden la motivación de los alumnos y decisión si enfrentan o no las llamadas pruebas de ingreso a la educación superior.
Es complicado el asunto y son objetivas las causas que la provocan, pero la familia es decisiva en la persuasión para con sus hijos en la necesidad de que ellos comprendan además que de su esfuerzo y responsabilidad depende su futuro. El asunto de la orientación vocacional a los estudiantes del 12 grado aquí no debe continuar quedando en una actitud y tarea fría. Es preciso que los docentes en las aulas logren más de ese tema; las familias encuentren el tiempo real para orientar a sus muchachos y muchachas de esa edad en torno a ello, de que se comuniquen con ellos y conozcan qué desean o aspiran sus hijos en la vida en materia de continuidad de estudios.
La situación socioeconómica de nuestro país es adversa y las luces en el horizonte a tono con este asunto se tornan distantes pero no imposible de alcanzar, por lo pronto debe quedar claro que para cualquier circunstancia en la vida el conocimiento no ocupa espacio, los problemas obstáculos en ellas siempre van a estar, y lograr los proyectos de vida personal en una etapa tan hermosa como la juventud lleva una elevada dosis de acompañamiento y amor de la familia, y consagración de los estudiantes.
Aunque en este momento los ministerios de Educación y Educación Superior estudian las líneas para atemperar el desarrollo y éxito venideros de las pruebas de ingreso a la universidad es momento hoy que dicha convocatoria esté a tono con las actuales realidades socio económicas del país, y además del territorio. De que se entienda que las llamadas competencias profesionales en buena medida las decide la universidad cubana, revolucionaria, por el encargo socio científico que tiene sin descuidar el principio político que la sustenta a ella también y la educación general en la isla.